Huevo sí, huevo no, la duda persiste en muchos hogares

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Sí, puedes comer huevo a diario y por qué es bueno comerse la cáscara. Tras unos años acosado, definitivamente el huevo es bueno para la salud.

Huevo sí, huevo no, la duda persiste en muchos hogares. Como antes el aceite de oliva o el pescado azul y sus múltiples beneficios gracias a la presencia de ácidos grasos omega 3, el óvulo comestible de las gallinas sigue generando dudas acerca de su idoneidad.

Es un alimento accesible, barato, una excelente fuente de nutrientes esenciales y bajo en grasas pero%u2026 ¡ay el colesterol! Aún retumban las voces sobre su aportación de grasas capaces de colapsar las arterias, aunque en los últimos años los avances científicos indiquen el sentido contrario. Un huevo al día no solo es bueno sino, además, recomendable.

En tortilla, hervido para la ensaladilla rusa, o a lo hipster -pasado por agua encima de una tostada de aguacate-, frito y revuelto con patatas o como emulsionante de mayonesas y otras salsas, el huevo es uno más de la familia.

Obtenido de gallinas apelotonadas en jaulas, otras que corretean y se alimentan de cereales o de aves sueltas en granjas ecológicas, el huevo es una gran fuente de vitaminas (del grupo B o vitaminas E, D, K y A), de minerales (fósforo, yodo, hierro, zinc, selenio o cromo), de proteínas de alto valor biológico y de ácidos grasos esenciales.

‘El efecto protector de los ácidos grasos esenciales es superior a la capacidad del colesterol total presente en el huevo de aumentar los niveles de colesterol en sangre’

‘Precisamente estos ácidos grasos esenciales, los omega 3 y los ácidos grasos omega 6, son los que han desmontado el mito del colesterol del huevo. Si bien es cierto que una yema contiene una cantidad importante de colesterol (cerca de 200 mg), recientes estudios han demostrado que el efecto protector de los ácidos grasos esenciales es superior a la capacidad del colesterol total presente en el huevo de aumentar los niveles de colesterol en sangre’, explican los dietistas y nutricionistas del equipo de Menja Sa.

‘El colesterol es una grasa de origen animal y es fundamental para nuestro organismo. Por lo tanto, tener colesterol no es malo, sino necesario. De hecho, nuestro organismo fabrica colesterol todos los días por esto, según cuál sea nuestro ritmo de producción, podemos tener más o menos tendencia a aumentar los niveles de colesterol en sangre’, añaden los especialistas.

Además, ‘los huevos tienen muchos atributos nutricionales positivos, incluyendo antioxidantes, que han demostrado reducir el estrés oxidativo y la inflamación’, según el doctor Dominik Alexander, investigador del EpidStat Institute de Michigan (EE.UU.), centro especializado en ciencias de la salud.

‘También son una excelente fuente de proteínas, que se ha relacionado con una presión arterial más baja’, prosigue.

Los antioxidantes del huevo han demostrado reducir el estrés oxidativo y la inflamación’
Dominik Alexander Investigador del EpidStat Institute

La Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC) incluye la ingesta regular de huevo en su última pirámide de alimentación saludable. En concreto, recomienda alternar, junto al pescado, el pollo, las legumbres y los frutos secos, entre una y tres piezas de estos alimentos al día, así como los lácteos.

‘Podemos recomendar, en cualquier persona adulta, un consumo de cuatro huevos a la semana, tres huevos en el caso de los más pequeños de la casa, y hasta siete huevos a la semana en adultos con una importante masa muscular que realicen actividad física intensa’, indican desde Menja Sa.

En mercados y supermercados podemos encontrar huevos supergrandes (XL, 73 gramos o más), grandes (L, 63-73 gramos), medianos (M, 53-63 gramos) o pequeños (S, menos de 53 gramos), explican desde Inprovo, la Organización Interprofesional del Huevo y sus Productos.

Independientemente de su tamaño, el peso de los huevos de gallina, los más consumidos, está compuesto por un 10% de cáscara, un 60% de clara (la parte más rica en proteínas) y un 30% de yema (la zona más grasa). Recientemente también se ha puesto sobre la mesa el valor nutricional del caparazón, puesto que es una cubierta formada por calcio, uno de los nutrientes esenciales para el organismo.

La cáscara del huevo de gallina es rica en calcio, esencial para el organismo, sobre todo para las mujeres premenopáusicas’

Dicho resultado es cierto, un estudio argentino publicado en el International Journal of Food Sciences and Nutrition en 2013 concluyó que la mitad de la cáscara de un huevo proporciona la cantidad diaria de calcio recomendada para un adulto y sugirió incorporarla, en polvo, en el pan, la pizza o la pasta.

Pero desde Menja Sa su responsable, Rosa Maria Espinosa, advierte que es mejor obtener el calcio por otras vías, como los lácteos: ‘son mucho más apetitosos, tienen dos ventajas que no tiene la cáscara del huevo: la vitamina D y la lactosa, necesarias para una correcta absorción del calcio. Y sin olvidar que la cáscara del huevo puede contener salmonella’.

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