Nuevos avances en nutrición de vacas lecheras en estrés calórico

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La vaca es uno de los pocos animales de producción que ha tenido un incremento lineal, todavía no se le encuentra un techo de rendimiento y cada año produce más.

Hay factores que son considerados básicos como tener calidad de forraje, salud animal, manejo de la gente, entre otras cosas. No hay nada espectacular, no se necesita tener la última tecnología, se trata de algo sencillo y eficiente. Todos los lecheros que son exitosos en el mundo tienen una visión sistemática. Esto quiere decir que ellos saben que sacrificar en un punto del negocio le causará consecuencias en otro. No hay un lechero en el mundo con un negocio que sea de tan bajo margen ni tanto riesgo, que pueda ser eficiente sin tener datos; y no solo hay que tener estos datos, sino también usarlos. Además, tienen la capacidad de adoptar tecnologías y determinar si estas funcionan o no.

Definición del estrés calórico

Las vacas – como animales de sangre caliente que son – regulan su temperatura corporal mediante un rango pequeño. Cualquier cambio en la temperatura corporal, así sea de un grado centígrado, para su organismo significa un gran estrés. Estos animales tienen fuentes externas que aportan calor a su temperatura corporal, por ejemplo: 1) el calor del ambiente (temperatura, humedad y rayos solares); y 2) el calor interno (metabolismo basal, calor de digestión, actividad física). Por otro lado, la vaca disipa calor de distintas formas: 3) mediante jadeo, sudoración, conducción de la piel. Cuando hay estrés calórico, se presentan condiciones donde las fuentes de calor son de mayor magnitud que la cantidad de calor que la vaca disipará; es decir: estrés calórico = (1 2) > 3. El estrés calórico es un problema global y que será cada vez más importante.

El calor interno es sumamente interesante. El siguiente gráfico representa un trabajo publicado hace 15 años sobre vacas americanas Holstein, donde se muestra la evolución de la cantidad de energía de éstas (básicamente la producción de leche) desde 1940 hasta el 2000. La vaca es uno de los pocos animales de producción que ha tenido un incremento lineal, todavía no se le encuentra un techo de rendimiento y cada año produce más. Si calculamos la cantidad de calor interno que genera la vaca debido a esa mayor producción de leche, resulta que desde los 40 al 2000 aumentó un 300% Alrededor del mundo se utilizan diferentes formas para medir el estrés calórico. Pero, la forma más común es el índice de temperatura/humedad, el cual combina la humedad relativa del ambiente con la temperatura en grados; y va desde niveles bajos (64 aprox.) hasta 100 o más, lo cual significa que no solo hay un estrés severo, sino también peligro de muerte.

Cuando una vaca tiene estrés calórico, lo primero que hace es disminuir el consumo de materia seca para evitar la cantidad de calor que se genera en la digestión y/o no se quiere mover (sobre todo si no hay sombra o un sistema de enfriamiento en el comedero), además aumenta el consumo de agua significativamente. Esto provoca una reducción de leche que varía en gran medida, hay una mayor pérdida embrionaria, mayor inmunosupresión. Otro sistema que se utiliza para verificar el grado de dicho estrés es la tasa de respiración. Normalmente, se asume que cuando la vaca está a más de 80 movimientos por minuto, ya tiene estrés calórico.

La vaca es uno de los pocos animales de producción que ha tenido un incremento lineal, todavía no se le encuentra un techo de rendimiento y cada año produce más.

Hay que tomar dos conceptos nutricionales que pueden ser relativamente nuevos: Primero, deberíamos asumir que cada vaca que está con estrés calórico tiene acidosis ruminal. La razón principal es una mayor pérdida de CO2 por agitación, es decir, una menor cantidad de bicarbonato (HCO3) en la sangre, lo que es igual a una menor capacidad buffer en la saliva. La segunda razón es un menor consumo y rumina, es decir, una menor producción de saliva, lo que es igual a una menor capacidad buffer. Y a su vez, la pérdida de saliva por jadeo también significa una menor capacidad buffer.

Entre las consecuencias de la acidosis ruminal están la menor digestión de la fibra (menos energía), menor grasa butirosa en leche y mayor incidencia de laminitis y problemas sanitarios. Las vacas con estrés calórico tienen cambios metabólicos que afectan la utilización de energía.

Estudios recientes de las universidades de EE.UU. (Arizona, Iowa)

– Rhoads et al., 2009; Wheelock et al., 2010; Baumgard et al., 2012. Típico diseño:

Se comparan dos grupos de vacas: unas bajo estrés calórico y otras en condiciones de confort. A las vacas sin estrés se les reduce la oferta de consumo para que tengan un consumo similar al grupo bajo estrés (dos grupos con igual consumo de la misma dieta).

Artículo completo en: http://www.actualidadganadera.com/articulos/nuevos-avances-en-nutricion-de-vacas-lecheras-en-estres-calorico.html

Fuente: http://www.actualidadganadera.com/articulos/nuevos-avances-en-nutricion-de-vacas-lecheras-en-estres-calorico.html

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